Las excavaciones arqueológicas en Pompeya han desenterrado una importante necrópolis prerromana que data de entre los siglos III y I a.C.
Tumbas cubiertas de ánforas encontradas en necrópolis prerromanas. Crédito: Sorintendenza Archeologia Belle Artі e Pаesаggio per L’аreа Metroоlitana dі Nаpoli
Este descubrimiento se produjo durante la construcción de un aparcamiento subterráneo cerca de la estación de tren de Pompeya Santuario. La necrópolis fue descubierta a un cuarto de milla del borde oriental de la ciudad romana, durante las obras de modernización de la línea ferroviaria y la construcción del aparcamiento en Vía Fuci.
El sitio, supervisado por la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje del Área Metropolitana de Nápoles, ha dado lugar a 35 enterramientos en fosas de tierra. Estos enterramientos se caracterizan por su construcción sencilla, cubiertos con ánforas dispuestas en una formación alternada de cuello y punta. Cabe destacar que las ánforas, originarias del norte de África, presentan huellas de artesanos en lengua púnica, también conocida como cartaginesa.
La proximidad del lugar de enterramiento a las aguas subterráneas ha permitido conservar los restos óseos de forma notable, lo que ha permitido realizar investigaciones paleoantropológicas detalladas. Las tumbas contienen escasos objetos funerarios, incluidos pequeños frascos de cerámica (ungüentos) y varias monedas, lo que refleja la naturaleza modesta de los enterramientos.
Una de las tumbas descubiertas en Pompeya. Crédito: Sorintendenza Archeologia Belle Artі e Pаesаggio per L’аreа Metroоlitana dі Nаpoli
Análisis posteriores han revelado otros objetos prerromanos dentro de un canal cercano, probablemente asociados con contextos funerarios destruidos. Estos artefactos incluyen cientos de fragmentos de azulejos, objetos de madera preservados, ánforas y dolia, grandes vasijas de barro utilizadas para almacenamiento. Entre los hallazgos notables hay 20 pequeñas columnas de piedra volcánica, baldosas estampadas con inscripciones oscas y una cabeza de piedra de una mujer hecha de toba gris de Campania, con rastros de pintura roja aún visibles.
Los arqueólogos creen que el canal se construyó tras el asedio de Pompeya por parte de Sila durante la Guerra Civil (91-87 a. C.), un conflicto entre la República romana y varios de sus aliados autónomos, incluida Pompeya. El asedio provocó una amplia reorganización territorial y reconstrucción de la ciudad, como lo demuestran los artefactos encontrados en el canal.
Detalle de una tumba cubierta con ánforas. Crédito: Sorintendenza Archeologia Belle Artі e Pаesаggio per L’аreа Metroоlitana dі Nаpoli
Además de la necrópolis, las excavaciones descubrieron restos de un sistema agrícola de la época romana enterrado bajo la piedra pómez procedente de la erupción del Vesubio del año 79 d. C. Este sistema incluye surcos y fosas dispuestas en dirección norte-sur, cerca del antiguo río Sarno. Los campos probablemente se utilizaban para cultivar verduras, que abastecían los mercados y las familias de la Pompeya romana con productos frescos. Los análisis iniciales de restos orgánicos y polen sugieren que entre los cultivos que se cultivaban en estos campos se encontraban alcachofas perennes.
La excavación es parte de un esfuerzo arqueológico preventivo más amplio, impulsado por actividades de construcción en áreas históricamente ricas. Al hablar sobre el trabajo en curso, un funcionario de la Superintendencia afirmó: “Gracias a la arqueología preventiva y la acción sinérgica entre la Superintendencia, la Municipalidad y EAV, se están logrando resultados importantes en el campo de la protección y puesta en valor de un territorio de importancia histórica y arqueológica crucial”.