La civilización olvidada junto al Mar Negro
Muchos están familiarizados con las antiguas civilizaciones de Mesopotamia, Egipto y el valle del Indo, conocidas por su urbanización, gobiernos organizados e innovaciones culturales. Sin embargo, una misteriosa civilización que surgió hace 7.000 años cerca de las orillas del lago del Mar Negro ha pasado prácticamente desapercibida.
La asombrosa cultura de Varna
La cultura de Varna, como se la llama ahora, no era una sociedad pequeña y oscura perdida en la historia. Fue una civilización avanzada anterior a las culturas mesopotámica y egipcia, conocida por ser la primera en producir artefactos de oro.
Varna contaba con un rico patrimonio cultural, elaboradas prácticas funerarias, un antiguo sistema religioso y la capacidad de crear objetos exquisitos y elaborados por expertos. La necrópolis prehistórica más grande conocida en el sureste de Europa, encontrada en Varna, le ha valido al sitio el título de “cuna de la civilización” en Europa.
El auge de la orfebrería y la riqueza
La evidencia sugiere que la orfebrería comenzó en Varna entre el 4600 y el 4200 a.C. A medida que la tecnología avanzó y los artesanos dominaron la fundición del cobre y el oro, la gente de Varna adquirió artículos comerciales de gran valor. Las conexiones económicas entre el Mar Negro y el Mediterráneo florecieron, convirtiendo a Varna en un bullicioso centro comercial.
El aumento del comercio condujo a la acumulación de riqueza y al surgimiento de una estratificación social, con los metalúrgicos en la cima, los comerciantes en el medio y los agricultores en la base. Hallazgos extraordinarios en un cementerio cercano respaldan la noción de líderes o reyes poderosos en la antigua Varna.
Descubriendo la antigua cultura de Varna
Los primeros indicios de la antigua cultura Varna incluyen herramientas, recipientes, utensilios y figuras hechas de piedra, pedernal, hueso y arcilla. En octubre de 1972, el operador de la excavadora Raycho Marinov hizo un hallazgo sorprendente: una gran necrópolis de la Edad del Cobre que contenía los objetos de oro más antiguos jamás descubiertos.
Bajo la dirección de Mihail Lazarov (1972-1976) e Ivan Ivanov (1972-1991), extensas excavaciones revelaron el esplendor de la civilización de Varna. Se descubrieron más de 300 tumbas y más de 22.000 artefactos, incluidas más de 3.000 piezas de oro que pesaban un total de 6 kg (13,23 libras). Otros artículos valiosos incluían cobre, finas herramientas de pedernal, joyas, conchas de moluscos mediterráneos, cerámica, hojas de obsidiana y cuentas.
El análisis de las tumbas reveló una sociedad muy estructurada. Los miembros de la élite eran enterrados en sudarios adornados con adornos de oro, acompañados de tesoros como pesadas hachas de cobre, elegantes galas y cerámicas ricamente decoradas. Por el contrario, otros recibieron entierros más sencillos con pocos ajuares funerarios.
La riqueza de la tumba 43
Entre las numerosas tumbas de élite destacó la tumba 43. Contenía los restos de un hombre de alto rango, probablemente un rey o líder, enterrado con más oro del que existía en el resto del mundo en ese momento. Conocido como el hombre de Varna, fue enterrado con un cetro, que simboliza un alto rango o poder espiritual, y una vaina de oro macizo alrededor de su pene.
Este es el primer entierro de un hombre de élite documentado en Europa, lo que lo hace particularmente significativo. Anteriormente, los entierros más extravagantes estaban reservados a mujeres y niños.
La conocida arqueóloga lituano-estadounidense Marija Gimbutas sugirió que las comunidades matriarcales preindoeuropeas prevalecían en la Europa neolítica. También postuló que el cambio hacia la dominación masculina comenzó hacia finales del quinto milenio antes de Cristo, como lo demuestra la cultura Varna, donde los hombres comenzaron a recibir cuidados póstumos más elaborados.
Rituales funerarios complejos en la Necrópolis de Varna
Los entierros en la necrópolis de Varna proporcionaron información sobre la religión y los complejos rituales funerarios de esta antigua civilización. Los investigadores descubrieron que los hombres y las mujeres eran enterrados de manera diferente: los hombres boca arriba y las mujeres en posición fetal. Algunas tumbas no contenían esqueletos y eran consideradas “tumbas simbólicas”, las más ricas en oro y otros artículos.
En estas tumbas simbólicas o cenotafios se encontraron máscaras de arcilla sin cocer, colocadas donde habría estado la cabeza. Estas tumbas también contenían amuletos de oro con forma de mujer, asociados con la fertilidad, y elementos como alfileres de cobre, cuchillos de pedernal y espirales de huso, lo que indica que estaban destinadas a mujeres.
La decadencia y el legado de la cultura Varna
La cultura de Varna comenzó a declinar hacia finales del quinto milenio antes de Cristo, probablemente debido al cambio climático y a las invasiones de guerreros a caballo de las estepas. A pesar de su desaparición, el pueblo de Varna dejó un legado duradero, allanando el camino para las civilizaciones europeas posteriores.
Sus incomparables habilidades metalúrgicas y su sociedad altamente desarrollada sentaron las bases para una autoridad centralizada, asegurando el buen funcionamiento de la sociedad, un modelo que seguimos siguiendo hoy.